Los clásicos son partidos especiales y totalmente diferentes al resto, en los que muchas veces el equipo que peor llega, termina con mejor sabor. Esto fue lo que sucedió entre Milan e Inter, los dirigidos por Carlo Ancelotti no clasificaron a la actual Champions y tampoco tienen un buen presente en la Serie A.
Sin embargo, al Milan le alcanzó con el gol de Ronaldinho y una prolija defensa para quedarse con los tres puntos y una victoria más que importante.
Lejos de brillar como lo hizo en Barcelona, Ronaldinho se vistió de héroe en el clásico y convirtió el único gol del partido (el primero con la camiseta de Milan) para que la ciudad se vista de Rossonero.
En el segundo tiempo, Mourinho hizo dos cambios: Adriano por Mancini y Cruz por Materazzi. E Inter sin ser demasiado claro logró llevar peligro al área rival. Pero Burdisso vio la segunda amarilla y se fue expulsado por una falta a Kaká, y con un jugador menos se le hizo muy díficil al conjunto interista para generar situaciones.
Ancelotti hizo entrar a Flaminí por Pato, a Bonera por Gattuso y más tarde a Shevchenko por Ronaldinho. El ucraniano siempre buscó el gol para tomarse revancha de su ex-técnico Mourinho, quien lo relegó al banco cuando coincidieron en el Chelsea.
El Inter a pesar de estar en inferioridad númerica, siempre buscó el empate. Así fue que Adriano, erró de cabeza lo que hubiera sido el empate sobre la hora.
La derrota de Inter y el propio triunfo ante Torino, le permitió a Lazio ser el líder de la Serie A con 12 puntos. El argentino Mauro Zarate es hasta aquí el goleador del torneo y máximo responsable del liderazgo de los romanos.
Goran Pandev y dos veces Zarate (el segundo fue de penal) convirtieron para Lazio, mientras que Nicola Amoruso descontó desde los doce pasos para Torino.
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